jueves, 11 de junio de 2015

ADIOS , ALCALDESA, ADIOS.

Cuando el barco se hunde…

Todos conocemos referencias que definen claramente dos maneras bien distintas de entender cómo debe comportarse el capitán de un barco cuando le vienen mal dadas y llega el momento de demostrar qué clase de persona es.

 Por una parte, capitanes como él del Titanic, que mientras el barco se hundía, aguantó estoicamente en la cabina del barco hasta el último momento, sin abandonar ni el barco, ni al pasaje, ni a su tripulación. En definitiva, asumiendo las consecuencias de ser él el que estaba al mando de la nave y de su destino.

Por otra parte todos recordamos también la deshonrosa actitud del capitán del buque Costa Concordia, Francesco Schettino, que abandonó inmediatamente la nave cuando, debido a una arriesgada maniobra suya, provocó que ésta chocara contra unas rocas, con las gravísimas consecuencias para la vida de muchas personas que su acto provocó. Decidió estar al mando solamente cuando todo era favorable y cuando pasearse por el barco y lucir el uniforme de capitán le permitía presumir de su cargo y aproximarse a personas influyentes con las que, muy sonriente, se hacía fotos.

Teresa Gonzalvo, acaba de enviar una carta a los vecinos diciendo que ni siquiera tomará posesión de su cargo de concejala para el cual ha sido elegida en las pasadas elecciones municipales. Una vez más, haciendo gala de su total falta de empatía y respeto hacia quienes le votaron el pasado 24 de mayo, ha decidido abandonar el barco y no ocuparse del cargo para el que se presentó y para el que fue elegida por sus convecinos.

Todos sabíamos, o casi todos, que ocurriría algo así, ya que por su trayectoria no se podía esperar otra cosa de su forma de actuar, mucho más parecida a la de los niños que, cuando no ganan, se enfadan y ya no quieren seguir con el juego.


Esta decisión de abandonar, junto con la muy probable de empadronarse en el pueblo donde realmente vive, la califica una vez más en su forma de actuar en política y del poco aprecio a Castellnovo y sus vecinos.

 En dicha carta no se contempla, siquiera, un pequeño resquicio a la autocrítica. Ella, que con su actitud ha generado tanto “rencor y división” y que ha tomado decisiones tan polémicas y contrarias al interés general (que no al particular). Tan bien lo ha hecho, que muchos de los que en su momento le dieron su voto y le entregaron su confianza, han tenido suficiente con estos cuatro años, una vez vista su manera de gobernar y del respeto mostrado a los que no pensaban como ella.

Como alcaldesa en funciones, no estaría de más que hiciera cosas positivas para el pueblo, como iniciar los trabajos de preparación de la piscina para que se pueda abrir y disfrutar cuanto antes, en lugar de usar los recursos del Ayuntamiento para enviar una carta de carácter más bien personal, que debería pagarse ella con su dinero.

Quizá lo peor, seguro que habrá quien le pase la correspondiente factura, es el daño que hace al propio Partido Popular en su conjunto, pues lo coloca en una situación de irresponsabilidad y de falta de respeto a la democracia y de fraude a los electores. Cabe recordar que ni siquiera su tío, que también fue alcalde, no dimitió cuando en su día perdió las elecciones, tal vez por entender que era su responsabilidad para con su pueblo y con sus vecinos y votantes.

 No obstante, si tampoco aportó nada cuando fue concejala en la oposición, tampoco ahora se esperaba nada nuevo de ella. Por eso, esta renuncia  no se puede considerar una pérdida importante. Por otra parte si su marcha contribuye a la mejora del  entendimiento y del diálogo entre los concejales, algo que ella en ningún momento ha sabido aportar a su gestión como alcaldesa, y en consecuencia se enriquece el ambiente político de Castellnovo, no está de mas aplicar el refrán que dice que:
 “tanta paz lleves como descanso dejas”.

No lo olvidemos, cuando el barco se hunde todos sabemos quienes lo abandonan primero.

Adiós Teresa, adiós. 




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